martes, septiembre 17, 2013

Dos Clases de Conocimiento - Primera Parte

Dos Clases de Conocimiento


Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
1 Corintios 2:14-15

En este pasaje nos encontramos con dos hombres; el hombre natural y el hombre espiritual; cada uno de ellos tiene un estilo de vida diferente y camina con conocimiento distinto. El primero con un conocimiento basado en los sentidos y el segundo en un conocimiento por revelación.

El conocimiento por los sentidos es aquel que se basa en lo que dicen nuestros cinco sentidos físicos: el tacto, la vista, el oído, el gusto y el olfato. Es la verdad que se basa en nuestra propia experiencia. Es lo que muchos llaman “la voz de la experiencia”.

Cuando recibí a Jesús yo estaba en fuego por el Señor; predicaba por todos lados y siempre hablaba del Señor; cuando los hermanos con más tiempo vieron mi entusiasmo me dijeron: “Estás en el primer amor, el próximo año, cuando se te pase, serás como nosotros.” Menos mal que no les hice caso, y más de treinta años después sigo en fuego por el Señor.

Estos hermanos mayores basaban su vida espiritual en la experiencia, y no les hizo ningún bien pues se convirtieron en “témpanos de hielo espirituales.”

1 Corintios 3:1-3
1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 
2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 
3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 

La Versión Amplificada lo coloca así:

1 Corintios 3:1-3
1 Sin embargo, hermanos, no pude hablarles a ustedes como a (hombres espirituales), sino como a no espirituales (hombres de la carne, en quienes la naturaleza carnal predomina), como simples infantes (en la nueva vida) en Cristo (incapaces aún de hablar). 2 Los alimenté con leche, no con alimento sólido, porque aún no eran suficientemente fuertes (para estar listos para ellos); pero aún ahora no son suficientemente fuertes (para estar listos para ellos).
3 Porque ustedes todavía son (no espirituales, teniendo la naturaleza) de la carne (bajo el control de los impulsos ordinarios). Porque mientras entre ustedes hay envidias y celos y peleas y facciones, ¿no son ustedes no espirituales y son de la carne, conduciéndose entre ustedes con los patrones humanos y como simples hombres (que no han cambiado)?  

El creyente que camina en el conocimiento basado en los sentidos es llamado carnal o no espiritual. Un creyente carnal es aquel que su vida está gobernada o regida por los sentidos físicos.

El creyente que camina en este tipo de conocimiento trata de hacer las cosas a su manera y no a la manera de Dios.

El conocimiento por revelación es diferente porque no se basa en los sentidos físicos sino en la Palabra de Dios.

Cuando recién me convertí iba por todos lados con mi Nuevo Testamento azul de los Gedeones. 

Un día después de una reunión se me acercó un amigo del grupo de jóvenes y me regaló una Biblia que tenía este versículo en su dedicatoria:

Josué 1:7-9
7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 
8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. 
9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

¡Qué gran pasaje de la Biblia!

Esos fueron unos de los versículos que influyeron en mi vida, comprendí que debía pasar tiempo con la Palabra de Dios si es que quería ver un cambio en mi vida.

Más adelante cuando empecé a estudiar en el Centro de Entrenamiento Bíblico “La Palabra de Fe”, llegó a mi vida otro versículo que cambió mi vida:

Romanos 10:17
17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Desde que me convertí había tenido hambre por la Palabra de Dios, y aunque no lo sabía, esa Palabra estaba transformando mi vida, cambiándola y dándome un mayor conocimiento.

Esto produjo en mi el conocimiento por revelación, que es la verdad que viene a nuestros corazones por el oír y el meditar la Palabra de Dios.