miércoles, febrero 13, 2008

¿Puede un Cristiano Prosperar Económicamente sin Trabajar?

La Biblia tiene una ética bien fuerte en cuanto al trabajo.

Hemos visto en Deuteronomio 7:18 que Dios nos da el poder para hacer las riquezas; y como es que las hacemos, a través de nuestro trabajo.

Desde el principio de la creación, Dios le dio un trabajo al hombre:

Génesis 2:15
15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

Adán tenía una responsabilidad y un trabajo que hacer, era el encargado de labrar y guardar el huerto.

Luego de la caída Dios estableció el trabajo como el medio en que el hombre debía conseguir su sustento.

Génesis 3:17
17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

La maldición no era que tenía que trabajar, ya antes se le había dado un trabajo, la maldición era que su trabajo iba ha ser más duro y difícil.

A través del Pacto que hizo con Israel Dios hizo un cambio con el trabajo:

Deuteronomio 8:18
18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.

Deuteronomio 8:18 (Biblia del Pueblo de Dios)
18 Acuérdate del Señor, tu Dios, porque él te da la fuerza necesaria para que alcances esa prosperidad, a fin de confirmar la alianza que juró a tus padres, como de hecho hoy sucede.

Vine nos dice esto de la palabra “poder”:

Koaj; «fortaleza; poder; fuerza; capacidad; aptitud». El significado básico de koaj es la capacidad de hacer algo.

Dios nos de la capacidad para hacer las riquezas, eso significa que nosotros tenemos que hacer algo con esa capacidad.

Deuteronomio 28:8, 11-12
8 Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.
11 Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar.
12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.

Dios bendice la obra de nuestras manos, es decir, las cosas que hacemos, Él no puede bendecir algo que no hacemos.

Por ese motivo es que Dios no bendice al ocioso, uno tiene que estar haciendo algo para que Dios lo bendiga.

Proverbios 6:6-11
6 Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio;
7 La cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor,
8 Prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
9 Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo;
11 Así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado.

Recuerdo un amigo mío en la universidad, le era difícil estudiar sin quedarse dormido, así que colocó en el techo de su cuarto, justo encima de su cama, un letrero con este verso.

Apenas se echaba en la cama se encontraba con este verso y se iba a estudiar.

El día de hoy es ingeniero en una gran empresa.

Aquí hay algo que mucha gente no entiende a la hora de diezmar, piensan que la bendición del diezmo viene solo por el hecho de traer la décima parte de sus ingresos, pero hay algo más que hacer.

Malaquías 3:10-12
10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.

En Deuteronomio 28 vimos que dios abría las ventanas de los cielos con un propósito: “para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos” (verso 12).

Las ventanas de los cielos son abiertas para bendecir nuestro trabajo; no solo es diezmar debemos trabajar para que Dios bendiga las obras de nuestras manos.

Un hermano que conocí, se la pasaba todo el día echado en la cama diciendo: “Dios me va ha prosperar.”

Lo cierto es que mientras hizo eso nunca llegó a prosperar.

2 Tesalonicenses 3:10-12
10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.
12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.

Este pasaje es más que claro, si alguno no quiere trabajar que tampoco coma.

Por eso si alguno no quiere trabajar póngase espiritual y empiece a ayunar.

Aquí Pablo dice que el que no trabaja está andando desordenadamente; que lo que debe hacer es ponerse a trabajar.

1 Tesalonicenses 4:9-12
9 Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;
10 y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más;
11 y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado,
12 a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.

Aquí Pablo nos da una clave para la prosperidad; debemos trabajar para que nada nos falte.

Ven, no solo es el diezmar o el ofrendar, sino que también debemos hacer algo con nuestras manos.

Finalmente veamos que el propósito de nuestro trabajo no solo es llenar nuestros bolsillos de dinero sino apoyar a nuestros hermanos en necesidad.

Efesios 4:28
28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

Si estamos trabajando, porque queremos guardar la Palabra, seamos generosos con nuestros hermanos y al dar nuestros diezmos y oJustificar a ambos ladosfrendas.