martes, febrero 21, 2006

Nuestra Identificación Con Cristo

Nuestra Identificación Con Cristo

Por el Pastor Ricardo Botto


Romanos 5:12
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

1 Corintios 15:21-22, 45
21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

Desde el punto de vista de Dios, en el momento que Cristo fue crucificado, muerto, sepultado, resucitado y sentado en los lugares celestiales, nosotros también.

El primer Adán fue la cabeza de una raza de hombres que murió espiritualmente; el postrer Adán es la cabeza de una nueva raza de hombres que nunca antes existió.

Todos los hombres están incluidos en Adán y en todas las cosas en las que participó, pues estamos identificados con él.

La identificación con Cristo es nuestra completa unión con todo lo que él hizo, junto con él pasamos lo que él pasó.

La identificación es el aspecto legal de nuestra redención, lo que el Espíritu hace en nosotros es el aspecto vital.

La identificación es todo lo que Cristo obtuvo para la nueva criatura.


Doce Aspectos de la Identificación

1. Crucificados con Cristo

Gálatas 2:20
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Ya hemos sido juzgados, condenados, flagelados, desvestidos y crucificados con él.

Romanos 6:6
6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

Participamos en sus sufrimientos y estamos incluidos en su muerte para ya no estar bajo el primer Adán sino bajo Cristo.

Romanos 6:14
14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Hemos muerto y ya no estamos bajo ley sino bajo la gracia.


2. Él Fue Hecho Pecado

2 Corintios 5:21
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Al hacerse pecado Jesús se estaba identificando con los hombres tomando la naturaleza caída para poder tomar nuestro lugar y redimirnos.


3. Él Fue Hecho Enfermedad

Isaías 53:3-5
3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

En esa cruz Jesús no solo llevó nuestros pecados sino también nuestra enfermedad. Él se hizo enfermedad por nosotros para que no tengamos que sufrir en enfermedad.

Mateo 8:17
17 Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

No tienes que estar llevando lo que Jesús llevó. Si Jesús llevó tu enfermedad, ¿qué haces llevándola en tu cuerpo?

Una vez le di un ejemplo a mi hijo Ricardo mientras íbamos a la escuela de Sanidad Divina. Yo le había estado enseñando que Jesús había llevado nuestras enfermedades, así que le dije: “Supongamos que mi Biblia es la enfermedad, yo soy el enfermo y tu eres Jesús, ahora tu toma la Biblia y llévala”; el me quitó la Biblia y se la llevó, así que le dije: “Eso fue lo que hizo Jesús el tomó nuestras enfermedades y se las llevó, ahora él es quien tiene nuestras enfermedades.”

A veces pensamos que tenemos que ir por la vida llevando nuestras enfermedades; pero, la enfermedad ya no es tuya, Jesús la tomó y se la llevo, así que no vayas detrás de él, queriendo quitarle tu enfermedad para volverla a sufrir.


4. Él Se Hizo Pobre

2 Corintios 8:9
9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.

Fue en la cruz donde Jesús se hizo pobre por nosotros, cuando fue crucificado no tenía ni siquiera el taparrabo que le pusieron para tapar sus partes íntimas, estaba totalmente desnudo.

Durante su ministerio nunca experimentó hambre ni necesidad, todo lo que necesitaba lo tuvo. Pudo alimentar durante todo su ministerio a sus discípulos, dio de comer a los pobres, no le falto donde dormir a él ni a los suyos. Sin embargo, en esa cruz lo dejó todo, murió sin nada.

Es a través de está pobreza que nosotros somos enriquecidos.

Hebreos 8:6
6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.

Es a través de nuestra identificación con Cristo que recibimos las bendiciones del nuevo pacto. Todo lo que somos y lo que tenemos es la consecuencia de la obra de Jesús por nosotros.

En el mundo tendremos aflicción y persecución, pero eso no significa que dejemos de recibir las cosas que nos pertenecen.

La tribulación contra el creyente no es la enfermedad ni la pobreza, la tribulación es un ataque contra el creyente debido a la Palabra que ha recibido.

Marcos 4:16-17
16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo;
17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.

La tribulación o persecución vienen con el propósito de robar la Palabra que fue sembrada en nosotros

Juan 16:33
33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

A pesar de las persecuciones que lleguen contra nosotros tenemos la victoria.


5. Hemos Muerto con Él

Isaías 53:9-12
9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

En Hebreo dice “en sus muertes”. Para poder identificarse con nosotros Jesús tuvo que morir tanto física como espiritualmente.

2 Timoteo 2:11-13
11 Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él;
12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.
13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo.

Para vivir con él también debemos morir con él.

Romanos 6:7
7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.

Al morir con él es que somos justificados del pecado.

1 Pedro 2:24
24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

Jesús se hizo pecado por nosotros para que nosotros podamos vivir.


6. Fuimos Sepultados con Él

Colosenses 2:12-13
12 Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.

Romanos 6:4
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

El hecho de haber sido sepultados con Cristo significa que nuestro viejo hombre ya fue sepultado y nosotros somos ahora nuevas criaturas.


7. Él Sufrió Todo por Nosotros

Salmo 88:3, 7
3 Porque mi alma está hastiada de males, mi vida cercana al Seol.
7 Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah

Este Salmo nos habla de los sufrimientos que iba a sufrir Cristo por nosotros.

1 Pedro 3;18
18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.

Jesús sufrió en la carne para llevarnos a Dios.

Apocalipsis 1:17-18
17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

Jesús sufrió los tormentos del infierno, la ira y separación de Dios y debido a eso paralizó a Satanás y le quitó las llaves de la muerte y el hades.



8. Vivificados con Él

Colosenses 2:13
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados
.

Efesios 2:5
5 Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).

Nosotros que estábamos muertos hemos recibido la vida eterna juntamente con Jesucristo.

Romanos 6:5
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.

Hechos 13:33
33 La cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.

1 Pedro 3:18
18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.

A través de la resurrección de Jesús es que nosotros somos llevados a Dios,


9. El Fue Hecho Justo

Romanos 3:21-26
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;
22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

Somos justos por la obra de Dios en Cristo, y por eso es que tenemos la naturaleza de Dios en nuestras vidas.

Romanos 4:24-25
24 Sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,
25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

Jesús fue hecho justo cuando resucito a fin de poder justificarnos.


10. Conquistó a Satanás

Apocalipsis 1:17-18
17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

En su resurrección Jesús conquistó el reino de Satanás y tomó dominio sobre él.

Mateo 28:18
18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra

Jesús recibió la autoridad que el diablo tenía sobre la tierra.

Colosenses 2:15
15 Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

En la cruz Jesús despojó al diablo y sus huestes de su poder y autoridad.


11. Somos Resucitados con Él

Romanos 6:5
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.

El ser plantados juntamente con Jesús en su resurrección, significa que Dios acepto el sacrificio de Jesús en la cruz y que podemos disfrutar de la vida eterna.


12. Se Sentó

Hebreos 1:3
3 El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

Colosenses 3:1
1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

Jesús habiendo acabado su obra en la tierra se sentó a la diestra de Dios; esto significa que ya no le toca a él hacer la obra aquí en la tierra sino a nosotros.

Juan 19:30
30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

Su obra ya terminó, el pagó el precio de nuestra redención por tanto hagamos nosotros las obras de Dios en la tierra.

La Fórmula Para la Fe

La Fórmula Para la Fe


(Como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido

Romanos 4:17-21

En este pasaje podemos ver los cuatro pasos que siguió Abraham para conseguir el hijo que deseaba. Si seguimos estos pasos también conseguiremos las cosas que deseamos recibir de Dios.

Paso 1

Halla la Promesa en la Palabra de Dios

Lo primero que debes hacer es saber lo que Dios te ofrece. Es como ir a un restaurante; tu no pides un plato hasta que ves el menú. La pregunta es, ¿qué nos ofrece Dios?

2 Pedro 1:3-4

3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,

4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.

Dios nos ofrece todo; todo lo que pertenece a esta vida natural y todo lo que pertenece a la vida espiritual. Él ya nos dio todo.

1 Corintios 2:9-12

9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.

10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.

Hace años cuando estaba en la universidad tenía un amigo al que le estuve predicando por seis meses sin ningún resultado. Finalmente tomé la decisión de no predicarle mas, pues me parecía que perdía el tiempo.

A las tres semanas me encontré con él, y estaba repartiendo volantes para una campaña; le pregunté que le había pasado y me contó que se había convertido el domingo; y mientras conversamos el me mostró 1 Corintios 2:9 y me dijo: “Ricardo, imagínate cuando estemos en el cielo, veremos cosas que ojo no vio ni oído oyó.”

Muchos creyentes hacen lo mismo cuando leen este pasaje, piensan en todas las cosas que tendremos en el Cielo y dicen: “Oh, que hermoso será cuando estemos en Cielo, allá tendré un palacio mas hermoso que el sol; mientras que aquí en la tierra estaremos sufriéndola con tristeza, dolor, pobreza y enfermedad como buenos peregrinos.”

No se dan cuenta que tan solo un versículo mas adelante dice que Dios nos reveló estas cosas que “ojo no vio, ni oído oyó” aquí en la tierra. Esas hermosas promesas son nuestras ahora, no tenemos que esperar a estar en el Cielo para disfrutarlas.

El verso 12 dice que Dios nos dio el Espíritu para que sepamos cuales son estas promesas que Dios nos ha concedido.

Juan 14:26

26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

El Espíritu Santo nos enseña todas las cosas y nos hace recordar las cosas que Jesús nos dijo. ¿Cómo lo hace? A través de la Palabra de Dios.

Juan 1:1,14

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

La palabra que se usa como verbo en estos pasajes es la palabra griega logos que significa palabra. Jesucristo es la Palabra Viva de Dios.

Cada vez que tomamos la Palabra de Dios para estudiar le estamos dando al Espíritu Santo materia prima para que nos muestre las cosas que Dios nos ha concedido.

Por lo tanto, si quieres saber las cosas que Dios te ha concedido debes ir a su Palabra.

En la Biblia hay 7.432 y todas te pertenecen; solamente anda y busca la promesa que te promete lo que quieres recibir de Dios.

Paso 2

Cree la Palabra

Ya encontraste la promesa, así que ahora debes de creerla.

Marcos 11:24

24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

Hebreos 11:6

6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

De nada te sirve encontrar la promesa si es que no crees que es tuya. Debes acercarte a Dios sabiendo que el recompensa a los que le buscan.

Marcos 9:14-27

14 Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos.

15 Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron.

16 El les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos?

17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,

18 el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.

19 Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.

20 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.

21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.

22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.

23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.

24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.

25 Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.

26 Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto.

27 Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó.

Aquí vemos a un hombre en necesidad, tiene un hijo endemoniado y enfermo; ha ido donde los discípulos de Jesús para ver si podían hacer algo pero no lograron nada.

Entonces viene Jesús y el hombre le dice: “Mi hijo está endemoniado, y tus discípulos no han podido hacer nada pero SI TU PUEDES HACER ALGO ven y ayúdanos.”

Jesús se molestó y le dijo: “¿Cómo que si puedo hacer algo?¡Todo es posible para el que cree!

Este hombre pensaba: “Los discípulos de Jesús no han podido, quizás Jesús pueda”. Jesús le respondió: “La sanidad de tu hijo no me corresponde a mi sino a ti, tu me estás tratando de echar la responsabilidad, pero la pelota está en tu cancha, TU ERES el que debes creer.”

Estas palabras sacudieron al hombre quien le dijo: “Creo Jesús, ayúdame a estar firme.”

En ese momento el hombre se puso dé acuerdo con Jesús y le abrió las puertas para que pudiese sanar a su hijo.

Si hemos encontrado la promesa, nos corresponde creerla.

Paso 3

No Consideres las Circunstancias Adversas

Mateo 14:22-32

22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.

23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.

24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.

25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.

26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.

27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!

28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.

30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!

31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.

Aquí está Pedro en medio de la tormenta, ve una silueta que camina en medio del mar y piensa con los otros discípulos que es un fantasma, y todos empiezan a gritar asustados, porque había una vieja superstición entre la gente de mar que si veían un fantasma caminando en medio del mar significaba la muerte de todos los ocupantes de la barca.

Pero Jesús les grita no teman, soy yo, y Pedro le dice: “Señor, si eres tu manda que yo vaya a ti sobre las aguas.” Y Jesús le dice: “Ven”.

Al oír la palabra de Jesús, Pedro se tira al mar y empieza a caminar sobre el mar, cada paso que da está mas cerca de Jesús, poco a poco se va acercando a él, mientras sus ojos están fijos en Jesús; pero de pronto se da cuenta que esta caminando en el mar, empieza a ver las olas, el viento, la tormenta y empieza a hundirse; ha sacado sus ojos de Jesús y lo a puesto en las circunstancias.

Entonces grita: “Jesús, sálvame”; y Jesús solamente extiende sus brazos y lo recata.

Su bendición estaba tan solo a “un brazo” de conseguirse, él había estado considerando las palabras de Jesús, pero el considerar las circunstancias adversas lo sacó de su bendición.

Tantas veces estamos listos para recibir la bendición de Dios pero al considerar los problemas y las circunstancias nos salimos de la bendición.

Consideremos a Abraham el “no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara”. Abraham solo miraba la promesa que Dios le había hecho.

No consideremos las circunstancias que nos rodean sino la Palabra de Dios.

Paso 4

Alaba a Dios Por la Respuesta

Esto es lo que hizo Abraham, el se fortaleció en fe dando gloria a Dios.

Esto es lo que debemos hacer nosotros; si hemos encontrado la promesa, hemos creído que hemos recibido, y no estamos considerando las circunstancias adversas, ahora nos toca alabar a Dios por la respuesta.

1 Tesalonicenses 5:18

18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

Debemos dar gracias en todo, no por todo; no le damos las gracias a Dios por los problemas, sino porque él es fiel en darnos las cosas que el ha prometido.

Si funciono con Abraham también funcionará contigo.